viernes, 27 de junio de 2014

Mayéutica

Cuando atravesaba la peor de las etapas adolescentes, contaba yo con unos 16 años, una profesora de filosofía nos enseñó una palabra: "Mayéutica"(http://es.wikipedia.org/wiki/May%C3%A9utica), que al parecer un tal Sócrates (y no el futbolista) aplicaba a sus discípulos hace unos cuantos años atrás (Incluso creo que aún no había nacido Jordi Hurtado ni Mirtha Legrand).
Al parecer esta palabra es una especie de ejercicio intelectual al que sometía este hombre a los que querían aprender de él. Mayéutica es por ejemplo la tortura a la que me somete de mi hija Alicia cada vez que que me pregunta algo, que para mi resulta evidente y para ella no; comienza entonces su reiteración de "porqués" hasta hacerme llegar a sitios inexplorados e ininteligibles de mi raciocinio.
"¿Por qué?" es el abracadabra del pensamiento, de la verdad. "Cogito ergo sum" procede de allí, llegar a lo más profundo de las actitudes y darnos cuenta que somos un prejuicio, que no tenemos criterio propio, que basamos nuestro criterio en paquetes prefabricados de materias primas bastante cutres y algunas hasta podridas.
Por eso me enerva la caterva de borregos balando "ES EEEEEETA, ES EEEEEETA" cada vez que un imbécil con tupé alopécico simplifica demagógicamente un pensamiento profundo que intenta comprender un conflicto que creo que ni los propios etarras comprenden.
Mayéutica y empatía. Dos palabras que con aplicarlas podrían cambiar el concepto de la vida y de la convivencia... Seguramente será por eso que tan poca gente las conoce.